SAN GIMIGNANO
Siguiendo el paseo por la Toscana, nos encontramos pequeños y sorprendentes pueblos en toda la comarca. Uno de ellos es el pequeño pueblo medieval de San Gimignano, uno de los más famosos de todos y se encuentra en la provincia de Siena.
Toda la fama que hoy tiene San Gimignano se debe a sus numerosas torres, aunque quedan ya muy pocas de las originales ya que llegó a tener nada menos que 72 torres de las 15 que tiene actualmente.
Como todo pueblo y ciudad toscana, esta localidad tiene muy en cuenta cualquier detalle. Todo está en su sitio cada detalle no es casual. Una plaza, una calle, un edificio está perfectamente conservado.
Todas las localidades de Toscana solian tener este tipo de torres, ya que solían competir entre sí, y era una forma de demostrar su poder económico. A diferencia de las numerosas torres que poseían ciudades como Florencia o incluso Bolonia, San Gimignano todavía conserva las suyas, las otras localidades las fueron perdiendo principalmente durante guerras, terremotos u ordenación urbana.
Las torres de San Gimignano se han convertido el símbolo de la localidad, se puede subir a algunas de ellas, y desde las más altas y en días claros se puede divisar hasta Florencia en la lejanía. El centro histórico de San Gimignano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1.990.
San Gimgnano fue habitada ya en el siglo III por los etruscos, y en el siglo X adoptó su nombre actual por el obispo convertido a Santo Gimignano. Durante la edad media fue un punto de partida de peregrinaciones hacia Roma. En 1.199 vivió su época de mayor esplendor y se independizó de los obispos de Volterra.
La Piazza cisterna es el centro neurálgico y el pozo que está situado enmedio es un punto de encuentro. la piedra es el elemento más importante en la población. En todo caso San Gimignano disfruta de otras tres plazas más.
Santa Fina fue una santa italiana que nació en este pueblo en 1.238, el 12 de marzo a.953 falleció y es la fecha donde este pueblo celebra sus fiestas. El principal santuario de Santa Fina se halla aquí en esta localidad.
Indudable sabor Toscano es el que desprende esta población por todos sus rincones.
En el año 1.300 San Gimignano alojó a uno de los grandes personajes italianos nada menos que a Dante Alighieri. San Gimignano estaba en su época de gran esplendor hasta que en el año 1.348 debido a la peste negra que asoló la región no tuvo más remedio que someterse al poder de la vecina Florencia.
En la actualidad San Gimignano debido a su excelente estado de conservación es una localidad enminentemente turística donde a diario recibe ejercitos de turistas deseosos de ver una de las localidades más bellas y más medievales de la Toscana.
Sus calles son un hervidero de gentes de toda Europa de día, y en cuanto anochece la calma y el silencio llega a esta bella localidad.
Evidentemente sus raices cristianas están en forma de detalles a menudo repartidos por sus calles y edificios como esta "madonna" colorista que adorna uno de los muros de la localidad.
Existen varios edificios religiosos, el más importante y bello de todos ellos es esta colegiata dedicada a Santa Maria Assunta, que en las épocas de esplendor cuando era ciudad, fue catedral. De ahí que el lugar donde se encuentra esta hoy colegiata se llame Piazza del Duomo.
Una bello fresco en su exterior de la anunciación de María es lo primero que observamos antes de entrar en el templo.
Y unos impresionantes frescos decoran las grandes paredes del templo, que aunque sobrio y discreto en su exterior, su interior destaca por ser una bella obra de arte.
Este templo fue construido durante el siglo XV en estilo románico. Los frescos que podemos admirar en su interior son obras de artistas tan variados como Benozzo Gozzoli (que realizó el fresco de San Sebastian en la imagen superior), Jacopo della Quercia, Tadeo di Bartolo, Bartolo di Fredi y Barna da Siena. En la imagen de arriba vemos el fresco dedicado a San Sebastian realizado por el artista
Desde esta localidad podemos observar el peculiar campo toscano, con sus planicies y sus casas aisladas.
En esta localidad existen unas murallas que antiguamente rodeaban toda la ciudad. En su entrada principal se ubica la puerta de San Giovann que es la entrada principal a la antigua ciudad hoy simplemente pueblo de unos 7.500 habitantes.
Recomendable por no decir imprescindible es poder visitar esta ciudad por la noche donde la tranquilidad y el silencio inundan sus calles. Sus torres que algunas superan los 50 metros de altura y que antaño competían como símbolo de poder por las familias que las construían guardan sigilosas su sueño, y como testigo mudo del gran poder que un día tuvo este lugar.
Siguiendo el paseo por la Toscana, nos encontramos pequeños y sorprendentes pueblos en toda la comarca. Uno de ellos es el pequeño pueblo medieval de San Gimignano, uno de los más famosos de todos y se encuentra en la provincia de Siena.
Toda la fama que hoy tiene San Gimignano se debe a sus numerosas torres, aunque quedan ya muy pocas de las originales ya que llegó a tener nada menos que 72 torres de las 15 que tiene actualmente.
Como todo pueblo y ciudad toscana, esta localidad tiene muy en cuenta cualquier detalle. Todo está en su sitio cada detalle no es casual. Una plaza, una calle, un edificio está perfectamente conservado.
Todas las localidades de Toscana solian tener este tipo de torres, ya que solían competir entre sí, y era una forma de demostrar su poder económico. A diferencia de las numerosas torres que poseían ciudades como Florencia o incluso Bolonia, San Gimignano todavía conserva las suyas, las otras localidades las fueron perdiendo principalmente durante guerras, terremotos u ordenación urbana.
Las torres de San Gimignano se han convertido el símbolo de la localidad, se puede subir a algunas de ellas, y desde las más altas y en días claros se puede divisar hasta Florencia en la lejanía. El centro histórico de San Gimignano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1.990.
San Gimgnano fue habitada ya en el siglo III por los etruscos, y en el siglo X adoptó su nombre actual por el obispo convertido a Santo Gimignano. Durante la edad media fue un punto de partida de peregrinaciones hacia Roma. En 1.199 vivió su época de mayor esplendor y se independizó de los obispos de Volterra.
La Piazza cisterna es el centro neurálgico y el pozo que está situado enmedio es un punto de encuentro. la piedra es el elemento más importante en la población. En todo caso San Gimignano disfruta de otras tres plazas más.
Santa Fina fue una santa italiana que nació en este pueblo en 1.238, el 12 de marzo a.953 falleció y es la fecha donde este pueblo celebra sus fiestas. El principal santuario de Santa Fina se halla aquí en esta localidad.
Indudable sabor Toscano es el que desprende esta población por todos sus rincones.
En el año 1.300 San Gimignano alojó a uno de los grandes personajes italianos nada menos que a Dante Alighieri. San Gimignano estaba en su época de gran esplendor hasta que en el año 1.348 debido a la peste negra que asoló la región no tuvo más remedio que someterse al poder de la vecina Florencia.
En la actualidad San Gimignano debido a su excelente estado de conservación es una localidad enminentemente turística donde a diario recibe ejercitos de turistas deseosos de ver una de las localidades más bellas y más medievales de la Toscana.
Sus calles son un hervidero de gentes de toda Europa de día, y en cuanto anochece la calma y el silencio llega a esta bella localidad.
Evidentemente sus raices cristianas están en forma de detalles a menudo repartidos por sus calles y edificios como esta "madonna" colorista que adorna uno de los muros de la localidad.
Existen varios edificios religiosos, el más importante y bello de todos ellos es esta colegiata dedicada a Santa Maria Assunta, que en las épocas de esplendor cuando era ciudad, fue catedral. De ahí que el lugar donde se encuentra esta hoy colegiata se llame Piazza del Duomo.
Una bello fresco en su exterior de la anunciación de María es lo primero que observamos antes de entrar en el templo.
Y unos impresionantes frescos decoran las grandes paredes del templo, que aunque sobrio y discreto en su exterior, su interior destaca por ser una bella obra de arte.
Este templo fue construido durante el siglo XV en estilo románico. Los frescos que podemos admirar en su interior son obras de artistas tan variados como Benozzo Gozzoli (que realizó el fresco de San Sebastian en la imagen superior), Jacopo della Quercia, Tadeo di Bartolo, Bartolo di Fredi y Barna da Siena. En la imagen de arriba vemos el fresco dedicado a San Sebastian realizado por el artista
Desde esta localidad podemos observar el peculiar campo toscano, con sus planicies y sus casas aisladas.
En esta localidad existen unas murallas que antiguamente rodeaban toda la ciudad. En su entrada principal se ubica la puerta de San Giovann que es la entrada principal a la antigua ciudad hoy simplemente pueblo de unos 7.500 habitantes.
Recomendable por no decir imprescindible es poder visitar esta ciudad por la noche donde la tranquilidad y el silencio inundan sus calles. Sus torres que algunas superan los 50 metros de altura y que antaño competían como símbolo de poder por las familias que las construían guardan sigilosas su sueño, y como testigo mudo del gran poder que un día tuvo este lugar.
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