SANTO DOMINGO DE SILOS

SANTO DOMINGO DE SILOS

BURGOS

La localidad burgalesa de Santo Domingo de Silos forma junto a Lerma y a Covarrubias el llamado Triángulo de Arlanza. Pero además esta pequeña población es célebre en España por varios motivos. Los cantos gregorianos de los monjes de su monasterio se hicieron célebres editando varias grabaciones de sus cánticos. 

La localidad posee una belleza arquitectónica y castellana, y disfruta de unos rincones donde el silencio, la paz y la naturaleza se respira en todo el pueblo. Un pueblo que está situado a 1.000 metros de altitud sobre nivel de mar. Pero también esta localidad es célebre por su magnífico legado arquitectónico donde su máxima joya reside en un espectacular e irrepetible claustro románico.  

También tiene un legado histórico, testigo de ello son los restos de la antigua muralla, donde hoy queda su puerta sur que sirve incluso actualmente para entrar o salir de la ciudad, junto a ella pasa el río Ura o también denominado Mataviejas (donde no muy lejos de esta población se puede visitar su cañón natural) lo que le da en esta zona del pueblo un rumor constante de agua que hace incluso más agradable la visita. También en esta localidad existen antiguas casonas blasonadas y además en algunas casas antiguas conservan antiguos soportales.  

La población de esta bella localidad es de poco más de 300 habitantes que se confunden con los numerosos grupos de personas que visitan su célebre monasterio. Desde el año 1.950 la población de esta localidad no ha hecho más que disminuir ya que en ese año su población era de aproximadamente 1.020 habitantes lo cual superaba en tres la población actual.

Además de su monasterio sus atractivos turísticos radican en actividades de paseo por la naturaleza o trekking teniendo varias rutas que partiendo del pueblo nos llevará a rincones espectaculares de las cercanías de esta población. Hablando de rutas no hay que olvidar que aquí pasan algunas célebres como la Ruta del Cid y la Ruta de la lana y el camino castellano-aragonés. Si se hace noche en la localidad conviene alejarse un poquito para ver un espectacular cielo estrellado en las frías noches burgalesas, un espectáculo que con mucha dificultad recogen las cámaras de fotografía por la noche.

Pero como ya he señalado una visita imprescindible es a su monasterio y concretamente a su claustro. Su origen se pierde en tiempos de los visigodos. Su iglesia (la del monasterio benedictino) es un lugar de peregrinación para los que quieren oír los afamados cantos gregorianos de los monjes en sus oficios y que se pueden oír diariamente. No olvidar de visitar su interesante botica y una colección de cerámica de Talavera además del museo.

En el siglo X este monasterio se llamaba San Sebastián de Silos, fue en 1.041 cuando un prior llamado Domingo que viene del Monasterio de San Millán de la Cogolla llega aquí huyendo del Rey de Navarra y el Rey de León le confía este monasterio para que le de auge al lugar, cosa que consigue construyendo una iglesia y el claustro. A su muerte se le proclama santo y pasa a ser patrón de este lugar.

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 Todavía hoy se puede ver el famoso ciprés de Silos situado en el claustro y a él le dedicó el célebre poeta y escritor español Gerardo Diego uno de los sonetos que está considerado una de sus mejores obras. Aunque no ha sido sólo este escritor el que se dejó encantar a la belleza de este árbol sino que otros muchos les han ofrecido alguna obra. De todos modos no sólo este ciprés tiene su encanto poético sino que es el ciprés más viejo de España y data de 1.882 y el único que existe de cuatro que existían anteriormente dentro del claustro. Este ciprés mide 25 metros de altura.

Pero no es el único árbol célebre de esta localidad, ya que también en el Monasterio de Silos pero en otro lado, justo en su entrada principal existen otros árboles famosos, pero sin duda aparte del ciprés ya citado existe otro extraordinario árbol, en este caso es una gigantesca secoya gigante la cual es también dueña de una historia pero trasmitida oralmente de generación en generación entre los monjes y que establecerían a finales del siglo XIX su llegada desde Canadá dentro de una patata para conservar en sus raices la humedad y como los monjes se tuvieron que esforzar para que una vez plantado las cabras no se lo comieran. Actualmente tiene unos 30 metros de altura y sin duda es el mayor vegetal de la población.