GARACHICO

VILLA Y PUERTO DE GARACHICO

Antigua capital comercial y principal puerto de la isla en el pasado. La historia de esta pequeña y pintoresca localidad tinerfeña no es precisamente feliz, sino todo lo contrario. Arrasada por un terrible corrimiento de tierra en el año 1.646 que terminó con la vida de un centenar de personas y decenas de embarcaciones que estaban amarradas en su entonces importante puerto. Aunque no sólo le ocurrió eso sino que además tuvo que soportar 2 importantes incendios en los años 1.692 y 1.697, una epidemia de peste en 1.601 que duró cinco años, un aluvión en 1.645, una plaga de langosta en 1.659.... y Garachico lo soportó. Pero faltaba una desgracia que acabaría con los años dorados de esta población... 

El mes de mayo de 1.706, felizmente sin coste de vida alguno, tuvo lugar aquí el acontecimiento que cambiaria definitivamente el destino de este lugar al hacer erupción un volcán, concretamente el llamado Arenas negras y que remitió a esta localidad gran cantidad de lava que hizo desaparecer buena parte de esa entonces importante ciudad, terminando con su periodo dorado y haciendo desaparecer al más importante puerto de la isla, haciendo emigrar a muchos de sus habitantes a otros lugares especialmente del continente americano. Hoy podemos ver enfrente de la población el roque de Garachico que hoy está considerado como monumento natural es un recuerdo de esa erupción ya que es una formación volcánica que quedó aislada por la acción de la erosión marina.

Como recuerdo de la gran cantidad de lava que sepultó el antiguo e importante puerto de Garachico queda una gran cantidad lava negra, silencioso testigo de ese suceso que hizo crecer el terreno hacia el mar en forma de lava que actualmente son una atracción turística.

Y es que actualmente una de las principales atracciones de esta localidad para con sus visitantes son los charcos de agua en la lava solidificada que forman las costas de esta localidad y que se convierten en auténticas piscinas naturales a resguardo de las olas del mar abierto.

Hoy día esta zona se conoce como el caletón y es el resultado de la lava que alcanzó en 1.706 esta zona al hacer contacto con el mar solidificándose la lava formando unas caprichosas formas que se han convertido en estas piscinas.

Entre el caletón y la ciudad está el castillo de San Miguel, antigua torre defensiva construida en 1.576 por orden de Felipe II a fin de evitar ataques piratas a la población. Esta población además de este castillo poseía unas murallas que circundaban la población aunque esta desapareció, y el castillo quedó milagrosamente intacto al menos lo que vemos hoy día de la erupción volcánica que originó la lava que sumergió a esta localidad. Unas plataformas y el acceso al puerto de las embarcaciones que se controlaban desde esta fortaleza desaparecieron por lo que la utilidad de este castillo desapareció. En 1.985 se declaró bien de interés cultural y hoy alberga algunas exposiciones.

Las laberínticas calles muestran bastantes edificaciones de estilo canario y existen muchos comercios donde se puede encontrar la artesanía isleña además de muchos productos de Tenerife. Sus calles durante algunas horas albergan un profundo silencio como si le costara levantarse, pero los numerosos turistas que la visitan diariamente van haciéndola despertar de su letargo.

Garachico villa y puerto fueron fundados poco después de 1.496 año de la conquista de Tenerife por el banquero genovés Cristóbal de Ponte. Hoy día es una muestra arquitectónica canaria de la isla. En una de sus calles hay una estatua del libertador venezolano Simon Bolívar y es que su familia era originaria de esta población.

La iglesia de Santa Ana es la principal de la localidad, data de 1.520, sufrió algunos daños en la erupción volcánica que sepultó gran parte de la ciudad y se tuvo que rediseñar sobre sus planos originales. Como curiosidad cabe destacar un Cristo que se realizó en maiz por indígenas mexicanos en el siglo XVI.

Hoy día Garachico es una ciudad no tan importante como antiguamente, pero conserva un ambiente tranquilo y agradable y su visita está más que justificada.